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miércoles, 13 de diciembre de 2006

Prólogo de mi novela, aun sin título definitivo.

Prólogo

1. Artista.

La he esculpido con cinco lóbulos en una misma oreja, pero aparte de eso, es bastante bonita y visceral, es la nueva obra maestra de mi colección. Descansa en el pedestal, frente a mí, y el barro de su cuerpo empieza lánguidamente su labor de secado, tiempo al tiempo. Aun hay barro en mis manos, lo que me acredita como su creador, su dueño. Aunque mi primera reacción sea limpiármelas en mi desgastado delantal de trabajo, me las tengo que volver a ensuciar para terminar de retocar una zona debajo de los ojos, y darle algo más de forma al peinado. Moldeo la parte de arriba de la cabeza, y voy bajando surcando con los dedos los lugares en los que su larga melena lisa toma una forma diferente y encantadora. Tras retirar las últimas virutas de barro que sobran, creo que ya está definitivamente acabada. Lo sé porque lo que vive dentro de mi nueva creación ha comenzado a respirar, y sus sentidos se han activado dentro del barro. Sus ojos, los ojos de la escultura, son los ojos de lo que late dentro de ella. Ahora sí que es una pieza digna de unirse a las demás obras de arte de mi particular colección. Tiene la forma de un simple busto de una adolescente, pero la calidad es sublime. Rebosa vida y creatividad, pese a su simpleza, y no desentona entre las demás figuras de barro, aunque tengan otra forma y otro diseño, siempre tendrán algo en común. Brillan con luz propia.

Son mis criaturas, pero tienen un alma inmortal todas y cada una de ellas.

Alma.

2. Lisa

¿Por qué está todo tan oscuro?

¿Por qué noto esta ausencia de libertad de movimientos?

¿Por qué estoy aquí dentro?

¿Por qué hace tanto frío?

¿Por qué siento que mi cuerpo no está aquí?

¿Por qué se está cercando cada vez más esta prisión?

¿Por qué ya soy capaz de ver?

¿Por qué veo mi cuerpo tirado sin vida en el suelo, como si le hubiesen arrancado el alma?

¿Cuántas preguntas necesito hacerme antes de admitir lo que ya sé?

Ahora veo a J. Montresor Drake, el artista con más talento de este mundo, de pie junto a mí, terminando de moldear mi nuevo habitáculo. Me he convertido en la nueva integrante de su colección de esculturas de barro, y por ende, en la última obra de arte que forma parte de su magistral, insuperable colección.

No podría sentirme más orgullosa. Mientras me observa con satisfacción, con sus ojos color gris América moderna, sus manos y su ropa de trabajo aún manchadas de barro, siento que no habría podido tener más suerte a la hora de elegir a quien entregar mi vida. Quisiera poder decirle algo más, mientras coloca una etiqueta en el pedestal sobre el que existo: “LISA”. Ese fue mi nombre en vida y ese será el nombre con el que me identificarán como obra inmortal del maestro Drake, para el resto de eternidad. Ahora me coloca entre sus anteriores trabajos, un millón de humanidades de barro me observan y respiran al unísono, un millón de almas que me acogen en su reino. Un millón de humanidades esperando a que me funda con ellas. Y lo hago. No tengo ningún problema en hacerlo, ni parece que ahora tenga ya ninguna otra alternativa. Al cerrarse la puerta del armario, un millón de humanidades más una nueva se quedan solas con su millón más uno de oscuridades. Es hasta divertido.

¿No se hace demasiado larga esta eternidad? Dicen que el arte dura para siempre…Quizás me equivoqué al querer ser parte de ello.

¡¡¡Drake!!! ¿Dónde estás? Te necesito aquí.

Drake, ahora que no estás, quisiera decirte algo más.

Ya que me lo has quitado todo, quítame también la oscuridad en la que vivo. No es difícil para los devoradores de almas como tú. Mi alma será tuya sólo cuando puedas ofrecerme un sustituto fiable de la seguridad que me ofrece mi oscuridad, aquella en la que he vivido toda mi muerte disfrazada de vida. Hazme llorar, lo conseguirás todas las veces que te lo propongas. Sé que te gustaría besarme, ¿Y a quien no? A mí aun me queda el alma para fingir que te aprecio. Pero tengo el corazón contaminado de sangre negra, la que llueve aquí cuando muere un alma. A lo largo de estas paredes están mis amigas, inmortalizadas dentro de cuadros o esculturas, tan pesimistas como el ambiente que se respira aquí. Yo puedo oírlas cantar, ¿tú no? Son los ecos de la amistad muerta. Todo lo que vive aquí se marchita, como me marchitaré yo sin un alma. No quiero ser un objeto de barro. Quiero ser una canción oscura y gótica, que nunca deje de recordarse, y quiero morir en tí. Maldito artista cruel, tú tienes mi vida, mi alma y mi corazón, y hoy te lo entrego todo, y en las sombras de las que ruego que me despojes te muestro mi vida y te suplico que me cortes las alas. Te odio, y eso es mucho más bonito que amarte. Mátame ya y acabemos con esto.

1 comentario:

Ègara dijo...

Bueno pues hablo de ti en CASI todos!!!!Ademas...qerias una foto tuya entre las fotos de "tu y tus pijas amigas en Paladium yuhuuu"
(Ahora es cuando tu dices, SI!¬¬'Pos no me lo creo!).
Yo el prologo ya me lo he leido^^ Y antes de que lo colgase^^ Y me gusto^^ aunqe hice mis extrañas interpretaciones¬¬'
EN fiiiiin q seguire estudiant xk mañana tngo examen,si si, eso que una profe te pone pa evaluar tus conocimientos y que te jode a mas no poder.Si hombre,eso donde se suspende y tus padres te castigan.
jajaja aleeeee
te qieroooO!^^ AYYYYYYY MY CHARLYYYYYYY