Vistas de página en total

miércoles, 5 de octubre de 2011

Análisis de entrada de datos


Sujeto: Charlie Ruiz Murcia
Medio: cenizasdeunmundo.blogspot.com
Analista: Ane Paz Goicoechea

Conclusiones:

  • A ver..
  • por una parte..
  • quieras o no quieras, demuestras quién eres, qué piensas sobre la vida, qué te gusta, qué no, ...
  • Por lo que he podido ver... eres una persona inteligente. Sabes que mediante el vocabulario que una persona utiliza y cómo lo hace, uno puede identificar en mayor o menor medida la "inteligencia" de una persona.
  • Pues bien, no sólo puedo darme cuenta por tu vocabulario
  • y por tu facilidad al escribir y transmitir sentimientos, algo de gran complicación.
  • Sino también por las ideas que plasmas, las cuestiones que llegas a plantearte, lo que te disgusta y gusta
  • En un sinfín de sutilezas.
  • Por otro lado..
  • de alguna forma, como te he dicho plasmas quién es Charlie Ruiz Murcia

  • Creo o al menos eso me ha parecido a mi al leer varios relatos.. que idealizas prácticamente todo. Te haces una idea previa de algo antes de que ocurra, y en el momento en el que lo estás viviendo te das cuenta de que no es lo que esperabas, y se te pincha el globo. Es decir, como no sale como tu esperabas.. no logras apreciar el lindo momento que estás pasando.
  • Además de esto, creo haber notado que buscas un prototipo de mujer que sea inteligente pero que su sensualidad se vea bien marcada

  • La buscas, por mucho que quieras refugiarte en una persona inteligente que te vales por ti mismo..
  • buscas a esa persona con todas tus fuerzas.


Anelista


jueves, 22 de septiembre de 2011

Cuenta atrás hacia el final absoluto del mundo

Hoja 1

El final absoluto del mundo, necesario e irremplazable, se solapa con el final definitivo del verano que se acerca y crece en silencio como cáncer hasta sacar los dientes y comérselo hasta engullirlo y sumirlo en la oscuridad.

Hoja 2

2011: Ya no está de moda morirse por nada.
Han pasado ocho años para que tenga que volver a esta libreta, cuando todo va a acabar. Todos volvemos a nuestros orígenes en el momento del final, demostrando así cuál es sin lugar a dudas el refugio definitivo.

Hoja 3

Vamos a morirnos solos y sin secretos porque hay algo en el pasillo, a contraluz donde nada más puede llegar y no hay vanguardia para la emergencia. Hay algo en cada recodo, acechando en cada giro del camino.

Hoja 4

Y así debe ser. Tiene que haber peligro para mantener el control de prevención del mismo, que nos recuerden que pueden arrancarnos el corazón cada vez que nos adentramos más allá del límite permitido, siendo conscientes de nuestra fatal realidad.



Hoja 5

Para que morirse por algo vuelva a ponerse de moda y sobrevivir sea una vertiginosa rutina diaria y todas las sensaciones sean nuevas y extremas y no haya más aburrimiento costumbrista que el de la calma antes de que todo estalle.

Hoja 6

Ya que mil cosas pueden morderte, sé una de ellas. Anula la confianza total y súmete en la incertidumbre para que cada noche sea bruja y todas las noches brujas y todos los días... los días tengan que morirse de miedo cuando anochezca.

Hoja 7

En verano siempre es de noche, incluso cuando hay luz, porque todo es nuevo y acostumbrarse es lo peor que puede suceder. Por eso el final del interminable verano es el final definitivo del mundo. Y eso no puede permitirse. No debemos consentirlo.

Hoja 8

Si estás frente a un muro, obsérvalo detenidamente. Siempre, absolutamente siempre, habrá un agujero minúsculo. Atraviésalo, rómpelo, ábrete paso. Ocupa el otro lado con tu presencia y haznos saber de ella para que vayamos a por ti.

Hoja 9

Debemos acabar con el mundo. Es demasiado viejo, aburrido y pasado de moda, como yo. Debemos acabar con el mundo y conmigo para enaltecer nuestro recuerdo y relanzarnos cuando sea el momento coyuntural más apropiado y entonces arrasar.

Hoja 10

Miedo. Tengo miedo de mí mismo y sé que en cualquier momento podría morir. El aburrimiento me mata. La costumbre me tortura. En algún lugar hay una región volcánica con la tierra oscura y lava ardiendo y las montañas escupen fuego.

Hoja 11

Hombres con la cara negra arengan esclavos a labrarla tierra árida impracticable. El calor y la roca caliza hacen de ello un infierno. Soy el hombre, el esclavo, la tierra y la roca. Vivo al doblar la esquina, al final del infierno.

Hoja 12

Miedo. La consciencia minuto a minuto de mi propia mortalidad me llena de pensamientos oscuros que se materializan de noche cuando los demás duermen y soy el único ser vivo aquí y veo la frontera, la última, el final del verano

Hoja 13

delimitado por el negro y naranja de la noche que sangra amanecer como una línea en el horizonte inexorable y miedo miedo miedo en los rincones de cualquier lugar porque para eso existe, para saber que estamos vivos.

Hoja 14

Por eso jugamos, porque somos mortales y no sabemos lo que va a pasar, nos acobardamos pero seguimos jugando. Si vas a morir, procura dejar huella. Si vas a vivir, procura hacerlo cerca de alguien. Y muere por algo.

HOJAS EXTRAVIADAS

Y el fuego

Y dices que

El final definitivo del verano llegará cuando la gente deje de preocuparse porque se acabe y

1. Estadísticas.
2. Objetivos.
3. Configuración.
4. Preferencias.
5. Parámetros.
6. Control.
7. Anexos.

lo disfruten todos menos el único que se preocupa porque se terminará acabando y se pasa todo el verano naranja interminable tiñéndolo de negro porque es lo único que sabe hacer y mira a los otros disfrutar y se imagina riendo con ellos y escribiendo algo del tipo "Cerveza, música, gente, sol, lluvia, vino, trenes, autobuses y aviones, abrazos, discusiones, sonrisas y desacuerdos, carcajadas, vodka, café, sofás, literatura, canciones, cineclubs, 2001 odisea como puedas, txoznas, pogos, oscuros objetos de deseo, tiraflechas, aventuras etílicas, "eso me han contado, pero seguro que es mentira", carreras en la pista, máquinas y ejercicios, piscina, paseos por la playa, amaneceres en cualquier sitio, la tal que si cual, euskal musika, misoginia justificada y sin justificar, magia negra, juerga y muchos rocanroles, movidas muy pardas, vivir al límite, ausencias muy presenciales, wish you were here y muchas, muchas noches brujas. Gracias a todos por el último verano del año. Nos vemos el que viene." y acaba teniendo añoranza de aquello que no ha vivido, que es lo peor que le puede pasar. Eclipsado por su propia sombra.
La silueta de un ángel recortada a la contraluz del foco sobre el brillo de la puerta. Si ha bajado, ha podido hacerlo por muchos motivos. Para guiarme, para castigarme. Quizá todo hasta ahora haya sido una prueba y la he superado y ahora se ha abierto el Paraíso para mí. Quizá la Virgen María me proteja en su infinito Amor y Misericordia y nunca tenga que sufrir más. Quizá esas cosas existan. Quizá consiga todo lo que me proponga. O quizá la silueta no sea más que una ilusión vista desde el ángulo adecuado. O quizá las alas no sean más que la sombra de mis brazos levantados con las manos puestas sobre la nuca y

- ¿Qué es esto?
- Esto es un pupitre.
- ¿Dónde estoy?
- Sentado en el pupitre.
- Todo está oscuro. ¿Por qué no puedo moverme?
- Estás atado al pupitre y tienes una venda.
- ¿Quién eres tú?
- Tu compañera de pupitre.
- ¿Cómo te llamas?
- María.
- ¿La Virgen María?
- Sí.
- ¿Y que hacemos aquí?
- Estamos en la escuela.
- No quiero ir a la escuela.
- Tienes que ir a la escuela.
- Ya lo sé, pero no quiero. Ya fui.
- A todos nos viene bien volver.
- ¿Esto es una regresión?
- Sí.
- ¿Hacia dónde?
- Hacia mí.
- ¿Por qué?
- Porque hace mucho que esto se tiene que acabar.
- Quiero volver a donde estaba antes.
- No. El verano se tiene que acabar.
- ¿Y el mundo?
- El mundo ya se acabó hace mucho. Pero todavía tienen que rematarlo.
- ¿Quienes?
- Los de detrás de la cortina.
- ¿Los raros?
- Siempre son esos.
- Los detesto.
- Vete haciendo la cuenta atrás.
- No quiero.
- Ellos la harán por ti. De todas formas, no hay mucho que puedas hacer.
- Odio todo esto, estos pupitres y la oscuridad. Ya pasé todo eso hace mucho.
- Esto es una regresión definitiva.
- No quiero entrar dentro de ti.
- Pero lo harás. Ya quisiste antes. Ya estuviste antes.
- No eras tú.
- Si lo soy. Yo soy María.
- No eres más que una figura.
- Yo soy María. Yo soy Eva. Yo soy la Mujer.
- ¿Y yo quién soy?
- Tú eres el que está sentado en un pupitre.
- No. Yo estaba... ví un ángel. Era verano.
- ¿Dónde estabas para verlo?
- Justo al final del verano. Estaba tirando de lo naranja del horizonte para que no se fuera.
- ¿Ahí viste al ángel?
- Sí. Pero ahí ya estaba en mi habitación. Me había caído y el verano se había ido.
- ¿Un buen verano?
- Sí. El mejor. Aunque no me dí cuenta hasta ese momento.
- Entonces ese era el ángel de la Misericordia.
- ¿Por qué?
- De la Misericordia por los soñadores que no saben más que soñar en vez de vivir.
- Yo soy eso. Me he pasado el verano sin saber que estaba disfrutando.
- Por eso estás aquí. En la cuenta atrás hacia el final definitivo del mundo.
- Pues que se acabe. Me da igual.
- Debes saber que esto también pasará.
- ¿Y luego? ¿Qué viene después?
- Luego nada. El mundo se acaba y tú vuelves a mí.
- Pues que se acabe. Me da igual.
- ...
- Al fin y al cabo, ya he disfrutado lo suficiente.
- ...
- Me estoy dando cuenta de muchas cosas.
- ...
- La vida misma, y este verano, son meros actos de regresión. Cuando nos divertimos y estamos todos juntos, en el fondo, estamos comparando otras diversiones de otros años con otras personas en otros lugares. Cuando bebemos, no es nada que no hayamos hecho antes e intentamos recordar cuando supo mejor. Aunque este verano haya sido el mejor, sin duda, del año, en alguna parte de nuestra memoria yace un recuerdo mejor. Es "la edad de oro", el añoro de lo que no se ha vivido jamás. Es "la nana dormida", el recuerdo genético de nuestro primer llanto, el primer sonido que escuchamos todos los seres humanos cuando nacemos. La mejor canción de la historia. Nos pasaremos nuestra vida buscando la canción que nos haga sentir lo mismo y llegaremos al final sin encontrarla. Ya lo dije muchas veces, la vida es un mandala lleno de puntos y bifurcaciones que siempre termina igual, pero ahora sé que hay formas de sobrellevarla mejor. Por ejemplo, cuando despiertas por la mañana y te da por pensar en tu infancia y en los amigos con quienes la compartiste. O cuando sale el sol. O cuando cantamos. O cuando no tienes miedo. Pero sin miedo, todo sería demasiado fácil. Usando el miedo como barrera y a la vez motivación para seguir adelante, pero con cuidado. Porque si lo domásemos, si dejásemos de tener miedo, se nos abrirían todos los tesoros de la vida de golpe. El miedo es lo que da alas a los hombres para soñar y vivir al límite. Quizás consigas todo lo que te propongas en esta vida. Quizá al idealizarla a ella haces que sea inalcanzable, y sólo lo sea porque tú lo has decidido. Quizá si no tuvieras miedo todo sería más fácil y podrías tenerla en vez de mirarla desde lejos. Quizá lo haces porque sabes que aunque siempre sea lo mismo, el tener albergado a estas alturas un sentimiento verdadero y efímero por alguien como ella sólo sirva para que tengas algo que contar que haga que te brillen los ojos. Quizá no sea para tanto y quizá si agarrases al miedo y le cortases las alas todo te iría mejor y superases tus propias limitaciones, pero así ya no sería lo mismo.... Baina horrela ez zen gehiago txoria izango, baina horrela ez zen gehiago txoria izango, eta ni txoria nuen maite. Eta ni, orain, maite zaitut. Nahi dudalako.
- El mundo se acaba y tú vuelves a mí.
- Pues sea.
Y se hizo la luz.

Uuuuhhhhh, babe....
Uuuuhhhhh, babe....
You'll always be a baby to me.

EPÍLOGO: ÚLTIMA HOJA DE LA LIBRETA
Se trata de una hoja de papel cuadriculado en bastante mal estado y medio arrancada de las anillas. En ella hay boceto y algunas palabras sueltas. Adjunta a la contraportada de la libreta con un clip hay una fotografía de un amplio grupo de gente joven. El pie de foto garabateado reza: "Fin oficial del verano interminable 2011. Gracias a todos." En la última línea de la hoja cuadriculada reza: "Love is just a memory." En la tapa de la contraportada, por último, está grabado "Nos vemos en 2012."

Ahora es ahora y eso es lo único que cuenta. Gracias a todos, otra vez.

Charlie, septiembre de 2011

martes, 14 de junio de 2011

But I'm just a moonlight mile away, down the road...


- No deberíamos vivir aquí. – Dice Charlie.

- Debemos vivir aquí. – Opina Lea. – Es la ciudad del arte, Charlie. Tenemos todo lo que queremos, sobre todo tú.

- ¡NO!

Lea se sobresalta y Charlie se levanta de un brinco, enfadado.

- Yo no debería vivir aquí, en esta ciudad de iletrados. No es digno.

Lea se resigna a escuchar una vez más lo que ya se sabe de memoria, mientras Charlie grita al ventanal empapado.

- Ya te lo dije, he dejado de tomar las cosas como son para tomarlas como deberían ser, y así siempre tendré razón porque hablaré con el mayor conocimiento y verdad absoluta que existen. ¿Sabes? Son los años veinte o treinta, no sé, y esto es París. Da absolutamente igual que no sepa decir ni una calle ni un barrio ni un río ni un misterio de París porque estoy aquí con Hemingway y el maldito Henry Miller, el que sabía inflamar un coño mientras los demás solo encendíamos fuegos, y son mis mejores amigos. Nos sabemos de memoria los bares, los burdeles y los callejones, pero no cómo salir de ellos, y todas las noches son una fiesta. Escribo mi puto trópico de sagitario en honor a mí y ahí sí que podría llegar a quererte, por que allí estaríamos iguales, a la altura, lo sabes, y no es que no te quiera, pero no aquí, lo sabes, ¿verdad? Y sé que no me has pedido esta catarsis así que trataré de esquivarla verbalmente retomando el alcohol que corre por nosotros mientras nosotros corremos sobre él para correr por París. Escribimos en cafés bohemios donde en las estanterías se apoyan todos los libros zaparrastrosos del mundo, que se limita a París, así como se limita a Painville para esos gilipollas de las barbas, aunque Ernest y yo llevamos barba honrosamente y no somos ningunos gilipollas, y a ti te lo puedo decir, él es mucho mejor que yo y me muero de envidia mientras le veo escribir, y cuando cotilleo sus manuscritos mientras él yace dormido sobre alguna puta en la habitación de al lado, cuando no la ocupa Miller con Tania y dos monedas de un franco. Me muero de envidia porque por mucho que lo intente, por mucho que escriba, beba, odie, folle, aspire y muera nunca podré escribir así, por lo que tengo que limitarme a ser el mejor de esta mierda de ciudad, Painville, muy lejos de ese París donde todos estamos juntos y solos y muertos y nos divertíamos más de lo que hacemos aquí, donde el estar juntos y solos y muertos no es una opción. Sí, ya he acabado.


Creo que a Woody Allen le gusta mi novela, o al menos se pasa por el blog en el que está colgada la primera mitad (http://uroboros87.wordpress.com/) porque hace más de año y medio que escribí esa parte y, acabando de ver su última película "Medianoche en París", tenéis que admitir que la premisa es bastante parecida (quitándole el componente oscuro que orgullosamente debo a Henry Miller y sus trópicos).

En esta preciosa nueva cinta de Allen (y van...) se hace un homenaje a la ciudad de París primero, y una crítica al sentimiento de que cualquier tiempo pasado fue mejor, a "La edad de oro". El personaje de Owen Wilson, un escritor desencantado, está enamorado del París de los años veinte, como yo, y todas las noches desde las doce un misterioso coche lo lleva a ese mundo, donde conoce a Hemingway, Fitzgerald, Gertrude Stein, Cole Porter, T.S. Eliot, Picasso, Dalí, Buñuel... y allí conoce al personaje de Marion Cotillard, guapísima y encantadora como siempre. Pero ella no siente esa idealización por los años 20, porque es la época en la que vive. Para ella, la edad de oro tuvo lugar unas décadas antes, con Tolouse-Latrec y el Moulin Rouge. Así que nuestro rubio protagonista acaba quedándose en París, pero en la época actual, dejando a su estúpida prometida con sus insufribles amigos y padres y se deja llevar por la nostalgia. acompañado de la vendedora de discos antiguos de Cole Porter. El significado está claro.

La edad de oro es un invento de nosotros, los soñadores. Los nostálgicos que vivimos en una época gris y lo cambiaríamos todo por volver al pasado. En realidad, ese es, como he dicho muchas veces, el verdadero motivo de escribir y crear cosas. Para calmar esa nostalgia que nunca veremos, porque si la vemos tal vez acabemos desencantándonos.

Barcelona es mi París particular. Los tiempos no son los mejores, nunca lo serán, pero siempre se puede callejear y perderse, que es para lo que están las ciudades. Para perderse y encontrar la forma de unos labios que te vuelven loco, una multitud de estudiantes recitando "Aullido" de Gingsberg al unísono con gargantas enfurecidas y un grupo de amigos borrachos en una taberna cantando Wish you were here. No podré viajar en el tiempo ni conocer a Hemingway, ni siquiera he ido a París ni he vuelto a conocer a otra chica más guapa, más heterosexual y menos imbécil que lo merezca, pero sigo intentándolo. Al fin y al cabo, todos nosotros lo hacemos lo mejor que podemos, porque para eso estamos aquí. Siempre en el camino, bajo la luna y al costado del misterio.


jueves, 10 de febrero de 2011

B.


Estamos sentados a la entrada de la piscina, y el calor es sofocante. Nos miramos, mordiéndonos los labios por tener que reprimir lo que sentimos, y de repente todo el mundo desaparece. Se han ido para dejarnos solos. Tú, a través de la verja, dices que quieres echarte al agua porque estás quemándote. Levantas tus piernas, colocando los pies sobre mis rodillas para que vea como cambian de color por la luz del sol sobre las sandalias. Te las desabrocho lentamente y con cuidado, acariciándote los tobillos y voy subiendo el dedo rozando tus piernas, hasta que me detienes y me pides que te lleve a la piscina. Me levanto, colocas tu pie descalzo sobre mi bulto en llamas y lo frotas. Acepto mi condición de servilismo y me quito toda la ropa. Te cojo en brazos, nuestras narices casi rozándose y tu culo sobre mi pene a punto de estallar. Te llevo desnudo hasta la piscina y te dejo en el borde. Nos miramos, mis manos están en tu cintura. Me acaricias el cuerpo mientras me miras con tu sonrisa de saberte ganadora. Descubro el hechizo que has causado. Si me corro, reaparecerá toda la gente. Tu superioridad me excita. Me pides que te quite la ropa para poder bañarte. Me arrodillo y desabrocho tu cinturón. Tus ridículos pantalones crean marcas sobre tu perfecta piel, tu perfecto cuerpo. Los bajo a la par que tus bragas, quedando amontonados sobre tus pies. Tu rubio sexo es como el sol. Lo beso educadamente. Intento poner las manos sobre tu culo, pero recuerdo la condición mientras sonríes satisfecha. Voy levántandome a la par que levanto tu camiseta ceñida para comerte, lolita. Tu cara y tu blanco sujetador me aguardan. Me muero por besarte. Desabrocho tu sujetador con delicadeza, dejando tus tetas al aire. Ahora estamos desnudos frente a frente. Empujo mi polla contra tu coño, trastabilleas con el pantalón y caes al agua. Me lanzo encima, y sale humo cuando me sumerjo. Nos encontramos y nos abrazamos bajo el agua. No me contengo y manoseo desesperadamente tu cuerpo, haciéndote daño, para que sepas que estoy ahí. Me agarras la polla y tiras fuerte de ella para detenerme. Recuerdo tu superioridad y paro. Me arrodillo bajo el agua mientras tu te quedas arriba chapoteando, y localizo tus pies flotando ante mí. Me agarro a ellos, besándolos y voy trepando por tus piernas, ahora sí, hasta colocar mis manos sobre tu perfecto culo, acariciándolo. Asomo la cabeza por encima del agua, sobre tu ombligo, y te elevo, tu perfecto cuerpo desnudo al sol, tus pezones duros, las gotas de agua brillando, tu pelo mojado, tus ojos cerrados, tus labios anhelantes. Eres la imposible perfección para mí. Quiero servirte por siempre. Suben mis manos acariciando tu espalda y sube mi boca hasta tus tetas, por fin. Me quedo en ellas, lamiendo tus pezones, mordiéndolas, chupándolas, hasta llegar a tu cuello mientras gimes y te pegas a mí. Agarras mi polla y empiezas a masturbarla. Haz lo que quieras. Es tuya. Somos tuyos. Nos besamos intensamente de todas las formas posibles. Tus manos se vuelven locas y me soban, me manosean indecentemente, me arañan y me hacen sangrar. Eso me excita aun más y busco tu coño. Lo acaricio a tientas, introduzco un dedo, dos y llevo la polla hasta allí. Rodeas mi cintura con tus piernas y te penetro a la par que mi lengua penetra tu boca mientras te abrazo con fuerza. Te follo durante horas sin necesidad de correrme, controlando los tiempos, mientras tu te corres frecuentemente y te quedas sin fuerzas, agotada y desnuda en mis brazos. Desfalleces, y te saco del agua en mis brazos. Te llevo al césped y te tumbo sobre una toalla, secando tu cuerpo al sol. Te quemarás sin protección, así que me agencio un bote y lo extiendo por todo tu cuerpo. Empiezo besando las plantas de tus pies, los empeines, entre los dedos, masajeando hasta que te despiertas y sonríes. Te hago partícipe de mi sumisa adoración. Extiendo la crema masajeando desde tus tobillos a tus ingles. Acerco mi boca a tu coño y te lo beso hasta que vuelve a abrirse, momento en el que mi lengua se vuelve loca hasta que te corres violentamente. Relajo tu cuerpo aquejado de espasmos de placer, ahora extendiendo la crema por tu abdomen, cintura, tetas, hombros, brazos, manos, cuello. Acaricio tu cara, te beso y te doy la vuelta. Tras dar crema en la parte posterior de tus piernas, masajeo tu culo para hacer desaparecer las marcas de tu ridículo pantalón. Lo cubro de besos y me siento sobre él, mi llameante polla sobre la raja de tu culo, para hacerte masaje en la espalda. Doblas tus piernas acarciando con tus pies mi espalda desnuda que está quemándose al sol. Masajeo desde tu culo hasta tu cuello, con especial trabajo en los hombros y parte posterior de tus brazos. Acaricio cada milímetro de tu piel. Te beso el cuello apasionadamente, me arrodillo y ya sabes lo que toca. A cuatro patas, agarro tus tetas mientras introduzco mi polla por tu culo repetidas veces. Exhausto, caigo sobre el césped. Tu turno. Manoseas mi cuerpo y te metes mi polla en la boca, besándola, chupándola, mordiéndola. Haces lo que quieres conmigo y yo me entrego a tus placeres. Finalmente, tumbas todo tu cuerpo sobre el mío y nos besamos apasionadamente. Te abrazo y giramos sobre el césped, manchándonos de verde mientras seguimos besándonos y rodando hasta caer en la piscina. Vuelvo a penetrarte. Esta vez me corro con tal violencia que todo el mundo reaparece de repente y nos miran, excitados. No me importa. Sigo disfrutando de tí, y quiero que dure eternamente.


miércoles, 19 de enero de 2011

Crisis en escenarios infinitos (nuevo artículo a concurso)

CRISIS EN ESCENARIOS INFINITOS

Agonizando, erigiéndose una y otra vez por encima de sus posibilidades, la ficción nacionactual resurge heróicamente (y, buscando desesperadamente incrementar las audiencias, eróticamente) sin que nadie se lo haya pedido. Ese es el principal error de todo esto. Un planteamiento desactualizado, pensar que al público le sigue importando el asunto. Claro que le importa, pero a un sector característico. Aquel que compra libros en El Corte Inglés, asiste impertérrito a la última emisión del programa derritecerebros de turno, no se acerca a un cómic ni a tiros, aprende música gracias a la radio y tiene que esperar a que doblen las series para verlas. Desgraciadamente, muchas cosas. Desgraciadamente, es el sector más grande (ya se sabe lo del cántaro vacío, que es el que más suena). Es un círculo en el que se mueve demasiado dinero en comparación al escaso talento que se invierte (mirad tan solo el número de cineastas que están triunfando últimamente en el extranjero realizando cosas que aquí no se puede ni soñar), y el dinero vuelve a estar mal repartido (este discurso no necesita argumentaciones a estas alturas, porque asumo que recolectas un mínimo de información para entender las cosas que lees, y si no es así no te acerques no sea que contagies algo.) Al fin y al cabo, poco importa todo esto para la repercusión que va a tener. Sé de alguien que ha pasado los últimos diez años escribiendo cosas parecidas, cambiando de identidad, acumulando premios y su capacidad de repercusión sigue siendo nula (asumamos que un par de "Me gusta" y un comentario de contenido similar o menor no hacen un mínimo contabilizable de importancia), porque sólo hay una cosa mayor que la importancia de la ficción en la sociedad, y es la infinita capacidad de absorción de la inercia vital que nos rodea.

Ante todo eso, la única forma de experimentar algo de alivio, de sobrellevar las condiciones de idiotez autoimpuestas y no caer en ese abismo es entonar un sabio, épico y contumaz "Bah, que os jodan". Poco o nada sigue importando. Mientras las cosas existan por mera inercia, se perderá su sentido de la importancia. Acumularán alguna crítica puntual y se olvidarán, porque seguirán estando ahí para nadie. Esta es la verdadera realidad del universo. El aburrimiento vital, que se lleva por delante todo lo existente, sin saber de alineación, bueno o malo o cualquier otra distinción existente. Agujerea la memoria y el subconsciente por donde se cuela todo el espectro ficcional, minimizándolo, condenándolo al olvido y a la no-importancia. Esta es la última de las verdades cósmicas, el lugar donde acaba todo. ¿De qué sirve todo el esfuerzo? Constante exposición a la extinción de la intención, con lo que todo el espíritu que pueda tener una obra queda relegado no ya al intelecto, ni siquiera al interés, tan sólo a la leve probabilidad de que alguien se cruce en su camino y le preste atención. Ante esta mera ley estadística, el futuro de la civilización está condenado. Y seguimos buscando el refugio definitivo.
Hey, Aqualung...

Pero no era esto lo que quería decir. Volviendo, por ejemplo, a esa persona que tanto gana que he mencionado antes, esos premios no hacen sino demostrar su absoluto desconocimiento del mundo del teatro y el menor interés por solucionarlo. No son más que adaptaciones a dicho formato de historias que pasan por su mente con mucho componente de martirio, confesión y ficción autobiográfica. Y sobre todo, como le gustaría que fueran las cosas, exageradas, antiguas, atemporales, vistosas, oscuras, decadentes... como ya se ha dicho, ficción. La defensa de su existencia y la lucha por expandirla es el motivo por el que escribimos, y escribimos por ansiedad. Queda mejor llamarlo angustia existencial, y es verdad. Hay mil razones por las que uno escribe, y todas son válidas. Pero la angustia existencial la sentimos todos. Las demás (rabia, frustración, deseo, necesidad de contacto, necesidad de compasión, búsqueda, sensación de pérdida, sueños, mostrar admiración, dedicar cariño, recordar, superar, criticar, declarar la guerra, crear afinidad, egocentrismo, ansia de éxito, desahogos, hacer dinero, amor), todas se reducen a la propia expresión, y el objetivo final no es otro que la comprensión mutua con otras personas. No hay tal cosa de mayor importancia que esa en el mundo. Nos expresamos para conectarnos con otras personas y sufrimos porque no lo conseguimos, o porque no agradamos a las personas que deseamos y agradamos a las que no deseamos. Y nunca es suficiente, o no lo es por el tiempo necesario. Ese es el motivo de todo. Por eso nos abrimos blogs y escribimos lo que llevamos dentro, o lo que creemos que nos va a dar la mejor imagen para conocer a las personas -esperemos- más afines a nosotros o a como nos gustaría ser. Pero eso tampoco funciona, porque la afinidad inicial no pasa de ahí. En la vida real y aquí, estamos condenados a no encontrar a quien idealizamos e idealizar a quien encontremos que nos acepte, porque es mejor que nada. Conformarse y pensar que es lo mejor de lo que había. No. Es lo mejor a lo que podemos aspirar. Y al final, da lo mismo. Nadie puede calmar esa angustia ni impedirnos volver a la ficción como refugio contra el mundo real, porque eso es lo que es. Una evasión en la que nos llenamos la cabeza con cosas como justicia, intriga y relaciones como mayores problemas para evitarnos hacer frente ahí fuera a la necesidad de progresar en la vida, tener un coche, un trabajo, una posición social y demás principios de Maslow. Porque aquí duele menos hundirse. Esta incapacidad de influir agota. Pese a ello, creo que una obra de ficción ha cumplido con su cometido cuando personas que no tienen nada en común se reúnen en una terraza al sol con sus vasos y hablan de ella. Me gustaría conseguir eso. Y que sea importante para alguien. Después de todo, gustar es lo que perseguimos para saber que sienten por nosotros lo mismo que nosotros sentimos por las cosas que nos gustan.
Veneno para las hadas.

Imaginemos por un momento que Dios existe y es Amor. Que su majestuosa bondad y su misericordia nos acompañan y la vida no se extingue, sino que sobrevive varios miles de años hacia delante. Que el universo se inicializa, se extiende, se renueva, se fusiona, se finaldetemporadaliza y se añouniza infinitas veces hasta plantarse en un punto determinado en el futuro, y hemos sobrevivido. Se han perdido todas las formas clásicas de ficción, por fin, y no tenemos que preocuparnos más por preservarla. Se acabaron las diatribas y las separaciones. A millones de años luz, ya no cabe lamentarse por lo perdido, pues podemos alterar la velocidad con un pensamiento y rápido cada vez más rápido volar a recuperarlo sin detenerse y volver aquí a la mayor velocidad existentemuchomásdeloquepuedesimaginaryelrestodemundossevanacabandoanuestrovuelo y todo eso sin pisar el acelerador hasta que en un momento dado aterrizamos. Hemos volado muy lejos, a una atalaya bajo las estrellas desde donde se divisan las ruinas de un antiguo coliseo. Vacío, ¿y qué importa? Bajo este cielo negro, lleno de estrellas, bajo el que hemos nacido, compartimos el mismo destino. Exhaustos, lo contemplamos otra vez, donde se unen supernovas que se queman y galaxias que se hunden. Como un héroe, el neónico último letrero se acerca inexorable, "THE END". Demasiado envalentonado, demasiado pronto. Antes de que nos alcance, una flota estelar lo abate a tiros, lásers y cualquier parafernalia que sirva para reducirlo a cenizas, las cuales tardarán años en caer hasta nosotros, pero lo más probable es que sigamos aquí. Nos levantamos y saludamos. El eco de los aplausos milenarios, que aún reverbera en las ruinas después de tanto tiempo, nos despide hasta la próxima. El mundo se ha salvado una vez más. Al fin y al cabo, todo es susceptible de ser reinventado y ninguna base es inamovible para construir una narración, ya que según mis propios preceptos:
a) Cada átomo del Multiverso vive atrapado en el eterno retorno y forma un Uróboros interplanetario.
b) El bien y el mal existen y su lucha es la base de todas las historias, pero no existen de forma absoluta sino complementaria.
c) La imaginación y el romance son las herramientas de la creatividad. No podrás crear nada sin ellas. Y el romance es inherente y necesario para cualquiera. Para bien o para mal. Es imposible y poco recomendable vivir sin estar enamorado de algo.
d) Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
e) Ficcionalmente hablando, el punto anterior es mentira.
f) Teniendo todo esto en cuenta y volviendo al principio de la crisis, el principio de no repercusión que obtienen las creaciones no tiene la menor importancia. Ese es el chiste final. El nombre del autor no importa. El sexo (o sexos) del autor no importan. Incendiar literariamente una institución (o todas) y que las mismas te lo premien, tampoco importa. Escribir sobre la decadencia y triunfar es gracioso de cojones, pero tampoco importa. Lo único que tal vez importe es que alguien se acuerde de todo eso miles de años después y se muera de risa. Eso, y las miradas desconcertadas del público del primer párrafo. Creativamente hablando, sería mejor que no existiese, pero si no, habría que inventarlo. Sin duda.
Per aspera ad astra.