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martes, 8 de diciembre de 2009

Schadenfreude ad Infinitum

SCHADENFREUDE AD INFINITUM

“Schadenfreude es la alegría más bella, ya que es sincera”.

Frase popular

Vosotros comprendéis todos los defectos del espectro humano, de hecho, no tenéis virtudes. Vivís en paz con vuestra propia miseria y en guerra con la de los demás, y disfrutáis de vuestra condición sin importaros el constante hundimiento al que os sometéis. Crueldad es lo que os hace falta. Más crueldad y más amargura en vuestras vidas, y no volveréis a despreciar a vuestro prójimo.

Sois tan guionizables. Todo ese absurdo posicionamiento en contra de cualquier cosa que no entendáis os expone a la destrucción pasiva, de una forma tan clara y evidente que puede plasmarse en una gráfica. Sois tan predecibles. Cualquiera de vosotros podría protagonizar, involuntariamente, una obra de teatro. Involuntariamente, porque todo lo que os sobra de patetismo os falta de talento, como no podía ser de otra manera, pues tal es vuestro desprecio por el menor gesto cultural. Necios. Reverberáis en la eternidad, nunca dejaréis de existir. Como tales, no tenéis derecho a quejaros si aparecéis entre las palabras de los críticos. Es un justo intercambio. Crítica, crítica, crítica.

El escenario. ¿Os quejaréis antes de verlo? Es absurdo, idiotas. Lleváis toda la vida interpretando sobre él y ni siquiera sabíais que es un decorado. Es vuestra vida, lugar afilado escarpado disfrazado bajo el cual yace la oscuridad que tanto odiáis y de la que todos venís y vivís. Os atacáis unos a otros y todos procedéis del mismo lugar. Nacísteis de un mito, atados dentro de una caverna oscura. Cavernas mediáticas y Zodiacs muy rápidas.

Impasibles, vuestras generaciones destruyen sus cerebros y capacidades con drogas blandas, espectros de lo que un día fue llamado música, vacuas fotografías en movimiento y compiten por llegar más alto en las luchas televisadas que protagoniza la estupidez más absoluta. Una tras otra, vuestras semillas demuestran no valer para nada, y el escenario se irá quedando vacío. No hay nada que contar, ni talento para contarlo. Se ha perdido toda esperanza. Una eternidad de silencio por luto.

¿Y yo? No soy de los vuestros. Hace mucho que no estoy entre vosotros. Yazco bajo la oscuridad de la que emergéis para vomitar vuestras palabras al inexistente público. Soy del mundo de las ideas de Platón, el enésimo ciclo del eterno retorno de Nietzsche, lo que os mira desde lo más alto de la puerta del templo de Rashômon, símbolo de la decadencia de la moral humana. Condenado a sufrir vuestro dantesco espectáculo. Tengo lo que os merecéis.

Schadenfreude”: Sentimiento de alegría creado por el sufrimiento ajeno.

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