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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Mi teoría de la vida

He tenido una revelación, en parte debida a leer la teoría del eterno retorno de Nietzsche, que dice así:

"Como en una visión lineal del tiempo, los acontecimientos siguen reglas de causalidad. Hay un principio del tiempo y un fin... que vuelve a generar a su vez un principio. Sin embargo, a diferencia de la visión cíclica del tiempo, no se trata de ciclos ni de nuevas combinaciones en otras posibilidades, si no que los mismos acontecimientos se vuelven a repetir en el mismo orden, tal cual ocurrieron, sin ninguna posibilidad de variación.

La idea de eterno retorno se refiere a un concepto circular de la historia o los acontecimientos. La historia no sería lineal, sino cíclica. Una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes."

Mirad el mandala que he dibujado:



El punto negro situado en la parte superior es el nacimiento. Los círculos son la vida. Lo he dibujado imperfectamente porque la vida, a pesar de estar perfectamente calculada, sigue siendo imperfecta, y los hechos que forman parte de una misma acción son aleatorios, aunque el resultado ya haya sido planteado.

Partimos del punto negro y nos adentramos en líneas circulares. Podemos elegir entre izquierda o derecha, y cada una de sus bifurcaciones. Es un error pensar que no podemos volver atrás, porque sí que se puede, pero no ahora, más adelante, por medio del eterno retorno, sólo que no de la forma que nos gustaría, sino de un modo más testimonial. No hay ninguna forma de cambiar el pasad, pero sí de arreglar el presente. El futuro siempre será impreciso. Podemos pensar que aprendiendo de nuestros errores elegiremos correctamente, pero siempre hay factores externos más fuertes que el poder de nuestras decisiones.

Los factores externos: Son las líneas rojas y azules. Las rojas son los infortunios (mala suerte, desgracias, malas compañías, daño, enfermedades, pérdidas, etc). Las azules son las buenas. Son muchas menos y más difíciles de encontrar, por lo tanto el còmputo de factores que determinan situaciones malas es mucho mayor que el cómputo que determinan situaciones buenas .

Para avanzar por los círculos de la vida es necesario atravesar franjas rojas. Pero no son dañinas del todo, pues por medio de ellas podemos ver que llegamos a otros círculos concéntricos más profundos. Es lo que se llama aprender de los errores y crecer. La encrucijada aumenta. Hay muchos más caminos de la vida, y las líneas rojas son enormes e interminables. Si te pierdes en ellas acabarás fuera del círculo. Hay que saber qué camino tomar para llegar más y más adentro, hasta el centro del círculo. También puede verse que algunos intrincados caminos pueden llevarnos a la senda azul. Mantenerse en este camino es lo más complicado del asunto, pues es corto y traicionero.


El centro del círculo es el final de la vida. El gran punto azul es la felicidad total que buscan los hombres a lo largo de su vida. Sin embargo está rodeado por un cuadrado rojo. El hombre se lanza a los brazos de la felicidad y se quema en la desgracia. Es el punto clave de la existencia. El hombre muere en lo rojo y alcanza el nirvana en lo azul. Es el nuevo comienzo, el eterno retorno. El punto azul te devuelve al negro, tira los dados otra vez.