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domingo, 17 de enero de 2010

Leyenda propia (Nuevo guión a concurso)

LEYENDA PROPIA

“Oh, the wind, the wind is blowing,
through the graves the wind is blowing,
freedom soon will come;
then we'll come from the shadows.”

Leonard Cohen


(El escenario es una posada con barra y una gran mesa en el centro.Sillas y taburetes. Estanterías de botellas tras la barra. Una ventana por la que se ve oscuridad. Un portón en la parte izquierda.Un rincón en sombras en la parte derecha, donde se atisba la forma de una mesa pequeña. La luz es tenue. Drake está tras la barra. Es un individuo de avanzada edad, con melena gris pero cabeza descubierta, y un parche en el ojo derecho. Viste camisa blanca con chaleco negro y está contemplando la ventana. Un relámpago destella tras el cristal y poco después escuchamos el trueno. Se prolonga fuerte unos segundos.)

DRAKE: Tormenta, justo lo que necesitaba. Pronto, esta posada se llenará de viajeros, unos indeseables y otros de los que me reservo a opinar más allá de admitir cierta expectación. (Echa un trago de una botella). Pensándolo bien, estarían más seguros ahí fuera bajo la lluvia que aquí dentro. No creas que desconozco tu presencia, Miss Schaden.

(En el rincón oscuro situado en la parte derecha, vemos fluir humo de tabaco. No se ve, por las sombras, a la figura que se supone está sentada a la mesa fumando.)

MISS SCHADEN(Voz femenina): No lo dudo, mi estimado Drake. Aciertas en pensar que cualquier visitante estaría a salvo ahí fuera bajo la tormenta en comparación con lo que le espera si decide guarecerse aquí, pero no me culpes a mí de ello. (Risa.) O no solo a mí, al menos. Los demás se despertarán y bajarán si los truenos quieren.

DRAKE: ¿Y no es eso lo que deseas? ¡Podrías salir a la tempestad a que te partiesen los rayos! Aunque mucho me temo que serían ellos los que corriesen esa suerte.

MISS SCHADEN: No pongas tantas trabas al destino, que ni siquiera tu verborrea canalla deudora de ron podrá impedir que algunos incautos nudillos llamen a esta puerta. Es inevitable, si estás al tanto de los acontecimientos recientes por los alrededores de esta zona. A, dicen, ha matado a B y ahora tenemos un montón de Cs ahí fuera que se han lanzado a la caza de A.

(Tres golpes suenan con fuerza en la puerta.)

MISS SCHADEN(Risa): ¡Ya tenemos un C! ¡Vamos, ve a liberarle de las inclemencias del tiempo y deja que le consuman las inclemencias del destino!

DRAKE: Te maldigo, puta del averno. (Se dirige hacia la puerta.)

MISS SCHADEN: ¡Tampoco debes apresurarte tanto! Déjame disfrutar un momento de su espera anhelante mientras teme por su vida, y llena mi copa de tu mejor whisky para deleitarme doblemente. (De las sombras emerge una mano sujetando una copa).

DRAKE(Entre dientes): Como desees. (Coge una botella del nivel más alto de la estantería a sus espaldas, se dirige al rincón y sirve la copa mirando al suelo).

MISS SCHADEN: (Risa). Está bien, ya puedes abrirle.

(Drake abre el portón y Milhaven Netley entra muy deprisa. Está empapado. Drake cierra el portón. Netley es un hombre gordo de mediana edad con abrigo largo, boina y gafas redondeadas. Carga una escopeta al hombro. Tiene aspecto de cazador.)

MILHAVEN NETLEY: ¡Gracias, mil gracias por dejarme entrar! Creía que me iba a arrastrar el diluvio de ahí fuera. (Se quita el abrigo y la boina, dejándose la escopeta al hombro. Drake los coge y los cuelga de la pared.) Espero no molestar, pero me ha parecido tan acogedor ver esta posada entre los árboles cuando me daba por perdido… ¿Porque es una posada, verdad?

DRAKE: La “Posada de la Desolación”, para servirle. Ese es su nombre de noche y de día si es que alguna vez logra llegar el amanecer hasta aquí. Si desea comer algo, estoy a punto de servir la cena. Puede ir tomando asiento.

MILHAVEN NETLEY: ¡Menudo nombre le han puesto! Pero me suena bien eso de la cena. (Se sienta a la cabecera de la mesa.) Tomaré…

MISS SCHADEN: ¿No has escuchado a Drake? Ha dicho que va a servir la cena. Tomarás lo que tomen todos, que será lo que se sirva. (Risa.) Bienvenido a tu primera desolación.

MILHAVEN NETLEY: Uh… Está bien, no me importa.. No la había visto, señora. Me llamo Milhaven Netley, encantado de conocerles.

DRAKE: Yo soy Drake y ella es Miss Schaden. También está encantada de conocerle.

MISS SCHADEN: (Risa.)

DRAKE: No se preocupe, tengo al fuego una gran cacerola de estofado de carne. Voy a llamar a los huéspedes para que bajen a cenar. ¿Quiere beber algo mientras tanto, señor Netley?

MILHAVEN NETLEY: No me vendría mal una copa de whisky para entrar en calor.

MISS SCHADEN: Al menos tienes buen gusto en eso. Y por la forma en la que no puedes apartar la vista de mí aunque no puedas distinguirme, diría que también tienes buen gusto en mujeres. (Risa.)

MILHAVEN NETLEY: Uh… solo miraba el humo, Miss Schaden.

MISS SCHADEN: (Risa) Sírvele el mismo que a mí, pero en vaso.

(Drake la mira con mala cara, pero vierte el contenido de la botella en un vaso de cristal y lo sirve delante de Netley.)

DRAKE: No nos quedan copas limpias, señor Netley.

MILHAVEN NETLEY: Está bien así. (Bebe.)

DRAKE: Volveré en unos instantes a prepararlo todo. (Desaparece por el lado derecho, pasando junto a Miss Schaden).

MISS SCHADEN: Y bien, Milhaven Netley… ¿Qué hacías tú perdido de noche por éstos parajes? ¿Buscabas algo o a alguien? Seguro, con esa escopeta que llevas. ¿Caza nocturna?

MILHAVEN NETLEY: Lo ha adivinado. Vengo de la capital al norte de aquí, la última de la civilzación antes de adentrarse en este bosque. He conducido decenas de kilómetros hoy por caminos de tierra, hasta que una de las ruedas ha reventado. Llevo varias horas caminando en la oscuridad bajo la nieve a través de éstos árboles, hasta que he visto la luz de esta posada. No puedo expresar lo que sentí al distinguir la llama a través de la ventana, Miss Schaden. Tengo tanta gratitud que demostrarles que no me importaría comer clavos esta noche.

MISS SCHADEN: Ten por seguro que tendré eso en cuenta, querido Netley. (Risa.) Pero me interesa más el objeto de tu caza. ¿No ha habido un crimen en la capital? Tienes toda la pinta de ir tras el asesino.

MILHAVEN NETLEY: Es usted muy lista, Miss Schaden. Hace una semana, un malnacido mató a la directora de una de las sociedades más conocidas e importantes del país y se dio a la fuga, adentrándose en este bosque. Muchos salimos juntos en su busca confiando en que encontraríamos su rastro sin dificultad, pero en el corazón del bosque la cosa fue diferente.

AKIRA WATANABE (Fuera de escena): El encrucijado laberinto del bosque de las telarañas. Esa fue tu desolación. (Akira Watanabe y Lisa Day aparecen por el lado derecho del escenario. Akira es un samurai alto de kimono azul oscuro, constitución fuerte, mirada muy seria, pelo negro y barba de tres días, rondando la cuarentena de edad. Lleva una katana envainada atada al cinturón. Lisa Day es una chica joven, sobre la veintena. Esta envuelta en una manta a cuadros escoceses, tiene el pelo anaranjado y pálida la piel. Parece cohibida. Se sientan a la mesa, Lisa de espaldas a la barra y Akira en la otra cabecera enfrente de Netley. Drake aparece con una humeante cacerola que coloca en el centro de la mesa.)

MISS SCHADEN: Drake, si sabes que merezco algo mejor que ese estofado, ¿por qué no me has traído aún la carta de tus menús especiales? A no ser que quieras que me muera de hambre esta noche. (Risa.) Y créeme, no quieres.

DRAKE: Déjame terminar aquí, y te trataré como mereces.

AKIRA WATANABE (A Netley): No tiene agallas para tratarla como realmente se merece.

DRAKE (Colocando los platos y cubiertos para los tres comensales, dirigiendose a Akira.): Aplícate eso a ti mismo y hazte el harakiri de una vez.
AKIRA WATANABE: Ciertamente tu presencia me obliga a tomar tal decisión. Si vuelvo a encontrarme contigo frente a frente, no tendré más remedio que hacerme el harakiri... en dirección contraria.

MISS SCHADEN: (Risa.)

DRAKE: Tu sucia lengua de cazarrecompensas desterrado debería volver al bosque, tendría más utilidad.

LISA DAY: Por favor, dejadlo. (Con un hilo de voz y la vista fija en la mesa. Drake sirve el estofado en los platos y cuando acaba se retira a su posición tras la barra, mirándoles atentamente.) Señor, él es Akira y yo me llamo Lisa. Siga contándonos su historia, es muy interesante.

MILHAVEN NETLEY: Encantado… Como les estaba contando, en el corazón del bosque perdimos el rastro por completo. Ante nosotros se abrían muchos senderos distintos, de gloria y de traición, así que nos separamos yéndonos cada uno por el que elegimos. No sé cómo les habrá ido a los demás, pero mi sendero resultó ser mortal para mi coche, que no ha podido más. La nieve ha estado cerca de acabar conmigo, pero la luz de esta posada…

MISS SCHADEN: Empiezas a repetirte, Netley. Háblanos del crimen.

(Todos van comiendo gradualmente del estofado.)

MILHAVEN NETLEY: Caray, esta cena está de muerte. Bien, hablaré de la víctima. Se llamaba Loretta Cadillac y dirigía una sociedad contra el robo, el saqueo y la expropiación de bienes ajenos. Una especie de nueva policía, pero mucho más brutal y efectiva. Se creó hace algunos años, pero acaba de subir al poder a nivel nacional instaurando una serie de leyes rígidas que castigan a los ladrones. No negaré que era impopular para mucha gente, pero su intervención era necesaria ante todo el saqueo que estábamos sufriendo en los últimos años.

AKIRA: ¿Saqueo? Resulta evidente tu falta de objetividad. ¿Qué es lo que estaba siendo robado? ¿Cosechas, tiendas, combustibles? ¿Contrabando?

MILHAVEN NETLEY: Mentiras.

LISA DAY: Ficción.

MILHAVEN NETLEY: Productos hechos de mentiras. Pasatiempos. Noveluchas. Fantasías de enfermos para controlar a la gente. Cine intelectualoide que nadie entiende. Filosofía barata para los que se dan de sabios. Basura, en definitiva.

LISA DAY: Cultura.

MILHAVEN NETLEY: Toda para ti, bonita. El saqueo es ilegal, sea de lo que sea. Los ingresos que se perciben por su venta y que se dejan de percibir cuando se roban están dejando temblando la economía del país. Debemos perseguir hasta la muerte a estos piratas que se aprovechan del trabajo de otros, y más cuando se trata de engañabobos tan fraudulentos como la basura que tú llamas cultura. Lo que gocé al ver las montañas de fuego que hicimos con todo eso no lo entenderás jamás.

LISA DAY: Bastardo miserable.

MISS SCHADEN: (Risa.) Déjale acabar, Lisa.

MILHAVEN NETLEY: Vigila tu lengua, niña. No eres muy distinta del hijo de puta que mató a Loretta Cadillac de una puñalada en el corazón, en su propia habitación en la sede gubernamental y se dio a la fuga. El príncipe de los ladrones. Un villano de la peor ralea. (A Akira.) Según he entendido antes, eres un cazarrecompensas. ¿Por qué no me ayudas a encontrarlo? El jefe dijo que quien vuelva con su cabeza vivirá en la fortuna el resto de su vida.

AKIRA: Ya estoy contratado por otra persona para esa misión.

MILHAVEN NETLEY: Vaya, eso es genial. Para que os hagáis una idea de cuán ruin y deleznable es ese criminal, dejó una carta junto al cadáver de Loretta. Os la leeré, no tiene desperdicio y entenderéis por qué debe ser encontrado y ajusticiado.

MISS SCHADEN: Oh, sí, léenosla. (Risa) Ardemos en deseos.

MILHAVEN NETLEY (Sacando un papel del bolsillo y sujetándolo ante sí): “He nacido en el año de la miseria, pero lo que estoy viendo este año pulveriza cualquier récord. Las personas viven sus vidas expuestos a la destrucción y no les importa nada de nada. No es que vaya a haber un ataque nuclear, ni mucho menos. Vivís en paz con su propia miseria y en guerra con la de los demás, y eso me saca de quicio. Crueldad es lo que os hace falta. Más crueldad y más amargura en vuestras vidas, y no volveréis a ser tan ruines con vuestro prójimo. Lo sé, porque lo he comprobado. No tenéis derecho a cortarnos el acceso a la ficción, hijos de puta. Va más allá de lo que podáis entender. No tenéis ningún derecho a lucraros de lo que no os pertenece, de quitarle a la gente lo poco que le queda para pensar, para disfrutar y para imaginar por ellos mismos. Otra vez tergiversáis la palabra “villano” para acusarnos y glorificaros. Sois unos insensatos con el corazón oscuro, la lengua fácil y el cerebro goteante. Yo no tengo el corazón oscuro. Puede que no todos los sentimientos que tenga dentro sean buenos, pero los tengo todos claramente identificados. Para mí, un corazón oscuro es el que no se aclara con lo que lleva dentro en ninguna dirección, y eso nunca es bueno. Hay que tener claras las ideas, los pensamientos, y los sentimientos en todo momento. Y la única forma es el conocimiento y la experiencia. Y vosotros queréis acabar con todo eso, pero no estamos dispuestos a permitirlo. Hacéis piras con libros, cerráis los cines, sustituís la música por monótonas marchas militares. Todas vuestras emisiones televisivas avergüenzan al intelecto, así como vuestros intentos de control mental. Os diré algo: no se le pueden poner puertas al mar. Escuchadlo mientras os fundís en el magma vulgar de los tiempos modernos. Vuestros patéticos intentos de realizar las distopías de Orwell, de Bradbury, de Huxley… voy a hacerlos pedazos en un minuto. Loretta Cadillac, el anticristo de la estupidez, de la dominación, de la avaricia, del régimen totalitario, del pensamiento único, del extremismo político, en resumen, toda una puta arpía ladrona del mayor legado de la humanidad… aquí la tenéis, con la daga de la justicia hundida hasta el mango en su negro y codicioso corazón. La envenenada sangre que brota de él corroe la alfombra, y yo me dispongo a huir de aquí retándoos a salir en mi busca a través del bosque de las telarañas. ¿Es delito el asesinato? Definitivamente sí, y merezco arder en el infierno hasta el final de la eternidad. Pero, ¿de verdad pensábais que íbais a saliros con la vuestra? ¿Qué nadie iba a rebelarse ante vuestro fanático robo del tesoro ante los ojos del pueblo? Siempre hemos compartido la cultura, y vamos a seguir haciéndolo. En el fondo, debo agradecéroslo. Cuantas más medidas contra ello adoptéis, más nuevas formas a favor de ello crearemos. No podéis controlar lo que no os pertenece. Porque el arte es un regalo continuo que la humanidad se ha hecho desde la noche de todos los tiempos y nunca ha de perderse esa tradición. Es el mayor legado para calcular la verdadera medida de un hombre, su mente, y su capacidad para expresarse. Si no tenemos eso, ¿qué nos queda? ¿Qué puede demostrar la historia que no se sepa ya? Sí, soy un asesino, pero lo he hecho por el bien de todos. Matadme y me haréis eterno. Os habéis metido con un enemigo mucho mayor que vosotros, aquel que teméis y no podéis controlar. Si hubiéseis hecho las cosas bien desde un principio, no habríais tenido que recurrir a esto. Os espero al final del bosque de las telarañas. Daos prisa, hijos de puta. No tengo todo el tiempo del mundo, pero el arte sí. Es algo más atrevido que la ignorancia y más infinito que la estupidez humana. Y no lo dejes suelto, que se apodera del mundo. ¡Maldita sea! ¡¿Quién coño os creéis que somos?!” (Netley termina acalorado y jadeando.)

MISS SCHADEN (Se ríe estruendosamente mientras aplaude.): ¡Es la mejor jodida carta que he leído nunca!

(Akira ríe, sin disimularlo ni exhaltarse. Lisa sonríe. Drake permanece impasible, observándolos.)

MILHAVEN NETLEY: No entiendo por qué sonreís. Acabo de leeros la carta de un despreciable asesino, de un ratero que roba a manos llenas y mata a personas. Y no es más que un prepotente pagado de sí mismo con demasiados delirios de grandeza. ¿Ficción? ¿A quién le importa semenjante hatajo de mentiras? No le veo la utilidad a semejante invento.

AKIRA: Netley…

MILHAVEN NETLEY: Es una estupidez. A éstas alturas deberíais haberos dado cuenta de que toda esa gente que trafica con eso no son más que perturbados con una evidente pérdida de realidad que necesita alimentarse de esas mentiras para sentirse mínimamente vivos por dentro. Y lo peor es que se lo creen, creen en todo ese universo que les hunde más y más en su fantasía y les hace robar a manos llenas para contagiar a otros, ya sea con “El señor de los anillos”, “Ivanhoe” o “Mi primera experiencia lésbica completa”.

AKIRA: Netley…

MILHAVEN NETLEY (Echando mano de su escopeta y levantándola con un brazo mientras sigue sentado.): Así que no descansaré hasta darle muerte, tenga que pasar por encima de quien tenga que pasar. (Vacía su vaso de whisky de un sorbo.) ¡Otra ronda, señor Drake! (Drake se acerca y deja la botella. Vuelve a retirarse a su lugar tras la barra.) Y si tú (señala a Lisa) eres una de esos ladrones alienados, no te cruces en mi camino porque te ajusticiaré igual que ajusticiaré al asesino de Loretta. (Da un largo trago a la botella, dejándola por la mitad.)

AKIRA: ¡NETLEY! (Netley se sobresalta y deja la botella.)

LISA DAY (Con un hilo de voz): Tranquilo, Akira.

AKIRA: Está bien, lo haremos a tu manera. (Coge la botella.) Relájate, Netley, quiero enseñarte una cosa. Después nos iremos juntos a buscar a tu asesino.

MILHAVEN NETLEY: Está bien eso. (Vuelve a colocarse la escopeta en el hombro y parece tranquilizarse.)

AKIRA: Netley, esta botella contiene el océano. (Alzándola.) No un océano, no un mar. Contiene EL mar. EL océano. Ahora, voy a intentar hacer magia. (Coge un vaso vacío.) Ahora vuelco el océano en un recipiente que lo exige todo para sí. (Lo hace hasta que el vaso rebosa y el líquido se esparce por la mesa, vaciando totalmente la botella.) ¿Lo ves?

MILHAVEN NETLEY: ¡Has desperciado el whisky, estúpido!

MISS SCHADEN: (Risa.) (Sútil pero rápidamente, Akira desenvaina su katana apoyando la punta en la garganta de Netley.)

AKIRA (Con calma): Si vuelves a abrir la boca, te mato. Lo que te estoy intentando explicar, ignorante conformista, es que no se le pueden poner puertas al mar. Y en este caso, el mar es el océano más infinito. A mí, sinceramente, no me importáis ni tú ni Loretta Cadillac y su séquito de soldaditos pirómanos, ni que limitéis el acceso a la cultura por intereses económicos, egoístas y estratégicos. No me importa, porque sé que ese modelo no puede prosperar. No soy un gran aficionado a la lectura. No tengo oído para la música y la última vez que salí de un cine fue hace más de cuarenta años, más o menos cuando ojeé mi último cómic. Pero sé que sin esas cosas la vida sería un error, y no existe nadie con el derecho a cercenar esa libertad de la gente para disfrutarlas y, a veces, aprender cosas y pensar por sí mismos. Repito, nadie. Y está bien que haya alguien que se encargue de recordároslo, aunque haya tenido que ser por medio de la sangre. Es un mal menor si el pueblo reacciona ante vuestro metálico régimen, y lo hará. Pero como digo, esto no me atañe en demasía. (Suelta la botella vacía y se saca un saquito del bolsillo.) Me han pagado por encontrar al asesino y matarlo, sí. Pero es que ha sido el propio asesino el que lo hizo, cuando partió de aquí en dirección al palacio gubernamental con un puñal negro colgando de su cinturón.

MISS SCHADEN: Tenía un aspecto muy peregrino, sin duda. Altamente sensual de alguna forma, ¿verdad, Lisa? (Risa.)

LISA DAY: Brillaba más que nunca, antes de desaparecer… (Sonríe tímidamente.)

MILHAVEN NETLEY: Pero… ¡Lo sabía! ¡Estábais todos compinchados! Os… (Akira aprieta ligeramente la punta de la katana contra el cuello de Netley y este se calla.)

AKIRA: Escucha, si tanto pareces apreciar la vida. El asesino sabe que soy un cazarrecompensas y que soy de los mejores que hay por esta región. Sabe que tras matar a Cadillac muchos perros gubernamentales como tú se van a lanzar a la caza, y que mis servicios serían requeridos para perseguirlo. Y si eso pasa, es seguro que daría con él y que tendría que matarlo. Y aún teniendo eso en cuenta, me contrató para perseguirlo y darle muerte, pero también para algo más. Me pagó por tomar la libre decisión de acabar o no con su vida, en base a mis ideas y forma de pensar respecto al asesinato y a todo este tema que estamos debatiendo alegremente. Odio a los asesinos, y mi trabajo es rastrearlos y matarlos porque si no no podría pagarme cenas como esta, por ejemplo. Es mi sustento. Por eso, cuando soy contratado encuentro y mato, sea quien sea el objetivo. ¿Entiendes? Para mí es algo tan sencillo, blanco y negro en términos absolutos. Pero esta vez, me han pagado por tomar una decisión propia respecto a mi ocupación. (Retira la katana del cuello de Netley, que se aparta sobresaltado.) Ea, vayamos fuera. Quiero encontrarlo, al fin y al cabo. Nunca he hablado tanto tiempo seguido sobre nada ni nadie como ahora y me ha despertado la curiosidad. Tengo ganas de decirle algo.

MILHAVEN NETLEY: Uh… ¿Así, sin más? ¿Nos vamos? ¿A por él?

AKIRA: Sí… (Poniéndose en pie) Cuando lo encuentre, si no lo han encontrado antes, le devolveré el dinero. No voy a cobrar por este trabajo. No sé si haré algo más. Levántate, Netley. No necesitas la escopeta. Si vienes conmigo estás a salvo, y si lo matamos o no será decisión mía. Ah, ¿no es genial esto? La duda, la incertidumbre. El misterio de cómo va a acabar todo, los senderos oscuros del bosque de la traición, lanzarse en pos de la aventura.

MILHAVEN NETLEY (Poniéndose en pie y dejando a un lado la escopeta, se pone el abrigo y la gorra.) No, no es genial. Es una mierda. ¿Para qué tanta incertidumbre? Prefiero saber lo que pasa y pasará aquí, ahora y después. ¿Dónde iba a ser bueno ese desconocimiento y que te ciegue el misterio?

AKIRA: En la ficción.

MISS SCHADEN: (Risa.) Hasta la vista, Netley. Ten cuidado al salir, que no lo habrás visto antes por la nieve y la oscuridad, pero la posada está situada al borde de un acantilado.

MILHAVEN NETLEY: Uh…. ¿Así que he estado a punto de matarme al llegar aquí? Pensaba que era un lugar de salvación. (Dirigiéndose a la barra) Cóbreme la cena, señor Drake.

DRAKE: No se preocupe, está invitado. Hasta la vista, señor Netley.

MILHAVEN NETLEY (A Lisa.): Pensaré en usted cuando demos con él, señorita. Estoy seguro de que…

LISA DAY (Interrumpiéndolo con su tímida voz.): Tras llevar un buen rato escuchándole hablar, tengo la firme creencia de que no tiene usted la menor idea sobre nada, señor Netley.

MISS SCHADEN: (Risa.) ¡Menuda noche! De aquí puedo sacar muchas frases lapidarias.

AKIRA: Vámonos de una vez, que hay mucho perturbado con evidente pérdida de realidad en esta posada. (Sonríe.)

DRAKE: Asegúrate de volver, cazarrecompensas. Si no vuelves te mato.

AKIRA: Sé que lo harás. (Abre la puerta. Ha dejado de nevar. Él y Netley salen por ella y la cierran.)

DRAKE (A Lisa.): Chica… eso de poder hablar manteniendo la compostura cuando por dentro se te está revolviendo todo… sólo quiero que sepas que yo también conozco esa sensación. Te admiro por ello.

LISA DAY: Gracias… ¿Crees que debería haber leído la carta que me dejó? Quería hacer callar a Netley con ella, pero estoy segura de que no la habría entendido y habría dicho cosas aún peores de él. Y eso me habría dado ganas de hacerle algo en la cara, pero sólo habría llorado. Y ya he llorado suficiente hoy.

MISS SCHADEN: ¿Por qué no lees la carta? A modo de homenaje, quiero decir. Ya sabes, si un tonto como Netley lo ha hecho… Es importante tener varias visiones sobre un mismo tema.

DRAKE: Apoyo eso. Me encantaría que nos leyeses su carta, Lisa. Si eso hace que te sientas mejor.

LISA DAY: La tengo aquí, guardada cerca del pecho. La puse ahí desde que la encontré junto a mi cama, la mañana del día que se fue. (Saca la carta y la sujeta ante sí.) Mis lágrimas os piden perdón por anticipado.

MISS SCHADEN: No tendrán importancia. (Risa agradable esta vez.) Lee, cariño.

LISA DAY(Con voz dulce y temblorosa.): “Lisa, espero estar muy lejos cuando leas esto. He estudiado tu rutina de sueño a lo largo de las últimas noches y me ha servido para calcular la distancia que debo poner entre nosotros y la hora a la que despertarás para encontrar esta carta en tu mesilla. En un lapso de 6 horas tras hacer el amor te revuelves entre la sábana, tiras de la manta, entras en un sueño pesado en el que gimes y lloras algunas veces, despiertas con los ojos enrojecidos y el pelo enmarañado cayendo sobre tu hombro de forma elegante, golpeas furiosa la manta con los pies hasta tirarla al suelo, momento en el que dejas la sábana por la cintura y me das la espalda hasta volver a dormirte. Ese momento es el idóneo para abandonar tu alcoba y dirigirme a mi destino. Hemos hablado de ello estos días y estas noches, y conoces mi postura. Sabes que creo en estas cosas, en el sacrificio, en el mal menor y en la necesidad de la ficción. Lisa, tú me has dado la determinación para hacer esto por toda la gente. Deben luchar por por esa libertad cultural que tanto nos costó conseguir, y si con este viento consigo avivar esa llama, mi muerte no será en vano. ¿Sabes? Me siento como Leonard Cohen tocando a las dos de la mañana ante seiscientos mil hippies alborotadores en aquel festival de la isla de Wight en 1970. Cuando dijo: Han rodeado la isla. Algún día toda esta tierra será nuestra. Pero no os engañéis, no somos lo suficientemente fuertes por ahora. Espero que esto sirva para que algún día esa libertad sea total. Para que los seres humanos y las criaturas ficticias como tú podáis convivir en el mismo plano. Te considero la sublimación de los elementos, la obra maestra de la idealización, el puzzle más intrincado y con piezas más bellas de la historia. De camino pasaré por el lugar donde crecen las rosas salvajes para recoger algunas y plantarlas en el infierno para que crezcan con tu nombre. No habrá más cárceles para ti, ni en su mundo, ni en el tuyo, ni en el nuestro. Voy a luchar por ello. Algún día tendrá repercusión. Puede que dentro de cuatrocientos años se repita con más éxito, como le pasó a Guy Fawkes y su leyenda alargada como la sombra de un ciprés. Cualquier sombra que se mezcle con la oscuridad se expandirá con ella de forma eterna, y la oscuridad está en todas partes. Lisa, nunca sabré de donde saliste ni como te crearon, pero te quiero y me basta con eso. No dejaré que acaben con tu mundo, no tienen ese derecho. Nadie lo tendrá nunca. Algún día la ficción podrá devorar por completo a la realidad, si no lo está haciendo ya, y podremos volver a estar juntos. Tú desde la imaginación, yo desde el infierno. Mientras tanto, seguiré idealizándote desde allí. Sé que no me decepcionarás, porque esto no es un adiós definitivo. No estamos en el mundo más brillante todavía. Prométeme que te quedarás en la taberna de la desolación junto a Drake, Miss Schaden y los otros. Es la resistencia, el último bastión de la ficción. Aquí nadie puede hacerte daño, así que no la abandones. Akira se encargará de cualquier estúpido siervo de esa Loretta Cadillac que se atreva a irrumpir allí. Y recuerda, nadie puede decirte lo que eres o lo que no eres, ni lo que debes hacer ni con quién estar. Para mí eres real y eso es lo único que cuenta. Nos vemos en la eternidad. Te amo.” (Lisa termina, con lágrimas en los ojos.)

MISS SCHADEN: Cielo, es precioso. Tuviste suerte de tenerlo.

LISA DAY: Gracias… de verdad. ¿Crees que lo que dice es cierto? ¿Que volveremos a vernos?

MISS SCHADEN: En la oscuridad de la ficción todo es infinito. Por tanto, hasta el suceso más improbable tiene millones de posibilidades. La inabarcabilidad es absoluta. ¡Eh, Drake! Sírvele un trago a la chiquilla. Se lo merece.

DRAKE: Mientras estéis aquí tendréis todo lo que se os antoje. (Sirve algo de una botella en el vaso de Lisa y se retira de nuevo a la barra.)

LISA DAY: Señor Drake, ¿Cree que esta posada corre peligro? Con toda la gente que va en su busca y que inevitablemente pasará por aquí, y por todo lo que se va a desatar en el mundo real… ¿Seguirá siendo un lugar seguro para nosotros? Creo que habrá otra guerra.

DRAKE: Sí, cariño. A no ser que se les ocurra tirar la posada acantilado abajo.

MISS SCHADEN: (Risa.) ¡Vamos, viejo! En el trayecto a esta casucha le da tiempo a convertirse en un barco pirata, y de sobra. Deberíamos brindar por tu amante, Lisa. Al fin y al cabo, dará su vida por nosotros. Al servicio de la ficción ad eternum.

LISA DAY: Brindo por ello.

(Se cierra el telón. Final.)

Moriré aquí, pero durante tres años me enviaron rosas y no tuve que pedir perdón.

Aquí perecerán todos los rincones de mi cuerpo.

Menos uno.

Sólo uno.

Es pequeño y frágil, pero es lo único por lo que merece la pena luchar.

No debemos perderlo, ni venderlo, ni abandonarlo.

NO DEBEMOS DEJAR QUE NOS LO QUITEN.

Alan Moore, V de Vendetta.

Quien se crea con la capacidad de privar de ficción al pueblo, es un iluso

Quien se crea con el deber de privar de cultura al pueblo, es un ignorante.

Quien se crea con el derecho de privar de ambas cosas al pueblo, es un enemigo.

Para todos los que compartimos cultura y ficción libremente.

Para bien, para mal, y para Elodie.